Brasilia, 26 feb (Prensa Latina) La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, Gleisi Hoffmann, rechazó hoy las mentiras del mandatario de Argentina, Javier Milei, para atacar a su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
«Javier Milei hizo payadas en las redes sociales divulgando mentiras de bolsonaristas (partidarios del exgobernante Jair Bolsonaro) sobre Lula», escribió Hoffmann en la red social X.
Señalo que «hablar de dictadura en Brasil es total irresponsabilidad, más grave aún si es reproducida por el presidente del país vecino, amigo y socio comercial».
En los dos últimos días, el ultraderechista argentino compartió en esa plataforma varios mensajes de apoyo al acto convocado ayer por Bolsonaro, en el que reunió a miles de seguidores en la emblemática Avenida Paulista, en Sao Paulo.
Los adeptos del exmilitar intentaron con la movilización mostrar respaldo al político ultraderechista, quien procura defenderse de disimiles acusaciones, como la de golpista.
Además de glorificar a Bolsonaro, el presidente de Argentina compartió mensajes con arremetidas directas contra el exdirigente obrero.
Se atrevió a decir que la concentración representaría la «resistencia contra la dictadura de Lula da Silva».
De igual manera, compartió también una publicación del líder de Vox (sigla de la organización de extrema derecha española), Santiago Abascal, quien destacó la movilización bolsonarista como respuesta a un supuesto «autoritarismo de Lula» y «persecución a la oposición».
Para la timonel del PT, Milei debería cuidar primero de resolver los graves problemas del pueblo de Argentina.
«Fue elegido para eso, pero prefiere ofender a Lula y perseguir a estudiantes brasileños en su país», indicó.
En tal sentido, citó el caso de los brasileños que estudian en la nación colindante y están siendo excluidos bajo la acusación de ser «falsos turistas».
Pese a los continuos ataques de Milei, el jefe del Consejo Especial de la Presidencia, Celso Amorim, afirmó en diciembre que Brasil deberá adoptar una «relación de Estado» con el país vecino.
Resulta posible tener «buena relación, incluso con presidentes de ideologías muy diferentes. Todo depende de la capacidad de anteponer los intereses del Estado a las preferencias personales. Somos capaces de eso», indicó el excanciller en la ocasión.